The End


Estaba leyendo la biografía de Ernest escrita por su hermano que he comentado en la entrada anterior, cuando algo se rompió en mi interés por Hemingway.

Quizá porque no compartieron casi nada más, Leicester el hermano pequeño de Ernest nos explica con detalles excesivos las cacerías y las jornadas de pesca que compartieron. Hubo un momento que me parecía abrirme paso de forma abrumadora por entre montañas de cadáveres de piezas y peces. Pero cuando tuve la sensación de un maltrato a un perro cazador torpe, ya no pude más.

Sigo pensando que Ernest es un buen escritor, con sus defectos, pero me resulta insoportable la contabilización de tanta mortandad animal como diversión.

 

Comentarios